La historia del artista sigue resonando en el mundo de la música y más allá, incluso en lo que habría sido su cumpleaños número 65.
Se dice que a los 7 años ya tocaba el piano y había compuesto su primera canción. A medida que crecía, su habilidad musical se desarrolló rápidamente, y a los 19 años ya había firmado un contrato discográfico con Warner Bros. Records, convenciendo a los ejecutivos de que produciría su propio álbum y se encargaría de la producción. A 66 años de su nacimiento, recordamos la trayectoria de Prince Rogers Nelson, conocido simplemente como Prince, cuya influencia va más allá de la música.
Su álbum debut homónimo, lanzado en 1978, sentó las bases de lo que sería una carrera musical llena de éxitos. Con canciones como "Soft and Wet", demostró su capacidad para fusionar una variedad de géneros musicales, desde el funk hasta el rock y el R&B. Pero fue con el lanzamiento de Purple Rain en 1984 que el cantante se elevó a la estratosfera de la fama. La banda sonora de la película del mismo nombre no solo consolidó su estatus como un icono musical, sino que también lo estableció como un talento multidimensional con habilidades en la actuación y la composición. El disco se convirtió en uno de los álbumes más vendidos de la década de 1980 y generó éxitos como "When Doves Cry", "Let's Go Crazy" y la pista principal, "Purple Rain".
Lo que distinguió a Prince no fue solo su capacidad para producir éxitos radiales, sino su enfoque radicalmente innovador hacia la música y la presentación. A lo largo de su carrera, exploró temas tabú y fusionando géneros de una manera que pocos artistas se atrevieron a hacer. Su estilo de vestir y su imagen también era un reflejo de su mensaje de rebeldía, de hecho, llegó a ser considerado un ícono de la moda y un símbolo de liberación para muchos.
Además de su genio musical, fue un activista apasionado por los derechos de los artistas y un defensor de causas sociales importantes. Organizaba conciertos benéficos, apoyaba a organizaciones sin fines de lucro y abogaba por la justicia racial y la igualdad de género. Su impacto en la comunidad va mucho más allá de su música; fue un catalizador para el cambio social y un modelo a seguir para muchos.

En la década de 1990, Prince continuó experimentando con su sonido. Adoptó el símbolo impronunciable como su nombre artístico en protesta contra su contrato con Warner Bros., lo que lo llevó a una batalla legal con la discográfica y a un período de liberación creativa. Durante este tiempo, lanzó una serie de álbumes innovadores, incluidos "Diamonds and Pearls" y "Sign 'O' the Times", que exploraron temas de identidad, sexualidad y espiritualidad.
A medida que avanzaba el siglo XXI, siguió siendo una fuerza creativa. Continuó lanzando música, actuando en vivo y desafiando las normas de la industria musical. Su música siguió siendo relevante y su influencia se extendió a través de las generaciones. Aunque su muerte en 2016 dejó un vacío en el mundo de la música, su legado perdura a través de su música.